Fe de favores recibidos y brindados



En las religiones es preciso ser sinceros; verdaderos paganos, verdaderos judíos, verdaderos cristianos.Blaise Pascal


"Alrededor de cada uno de los símbolos que aquí se estudian, la imaginación popular crea, dibuja, proyecta un espacio utópico que le permita vivir, que le de fuerzas para soportar las pesadas contradicciones de la vida” (Rubén Dri en “Símbolos y Fetiches religiosos en la construcción de la identidad popular”) 


Las creencias populares pisan fuerte en la fe de la comunidad. Forman parte de ese espacio donde las historias de veneración y promesas son protagonistas. Una de las creencias que crece año a año es la devoción que miles de personas profesan al GauchitoGil en nuestro país.

            Este santo popular de origen pagano, cuyas celebraciones cuentan con el acompañamiento de la Iglesia católica local, en su vida terrenal nació en Mercedes, Corrientes. Si bien hay diversas versiones sobre su vida, todos coinciden en que su muerte se produjo un 8 de enero a fines del siglo XIX. Su biografía tiene todos los condimentos que podamos imaginar, el Gauchito tenía un amor prohibido con la hija del estanciero para él que trabajaba, debe huir para protegerse y se alista para participar en la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay. Cuando el conflicto termina es convocado oficialmente para sumarse al bando celeste que enfrente a los colorados y deserta por ese motivo, que guarda especulaciones entre la convicción de no derramar sangre hermana y su simpatía con los federales. 

Las malas lenguas dicen que su vida continuó como un gaucho matrero, que robaba para compartir con los pobres. Mientras que otra versión cuenta que vuelve al campo de batalla. En ambos casos, lo apresa la autoridad y es trasladado hacia un tribunal que decidirá sobre su suerte final.

Andrés(25), vecino de Lanús y devoto, cuenta que la leyenda popular concluye cuando “ luego de juntar firmas en el pueblo para evitar su ejecución y se lo librase de culpas,  las autoridades se dan cuenta que era tarde por que la que la comisión ya había salido para tribunales”. El devoto agrega que el Gauchito Gil fue “ejecutado por el sargento que lideraba la comisión”, pero una vez que Gil sabe que morirá “obra su primer milagro diciéndole a su verdugo que recé por él y salvará a su hijo que estaba enfermo, así fue como el comisario le dio la muerte y él le dio la salud a su hijo”.

La promesa del Gauchito se cumple y su primer devoto fue su propio verdugo, quién en el lugar de la ejecución realizó un santuario. La leyenda nace como todas las leyendas: con una muerte injusta.      
     
Hoy día el culto sigue creciendo, en cada santuario hay una cinta roja con pedidos, promesas o agradecimientos. Muchos santuarios, también, se levantan al costado de las rutas por que se cree que el Gauchito protege a los que viajan y evita los accidentes de tránsito, eso sí hay que tocar bocina cuando se pasa frente a uno, sino se sufrirán demoras o nunca se llegará a destino.

El Gauchito Gil es reconocido en la región como un "hombre de milagros". El santo pagano es recordado el 8 de cada mes en Ingeniero Budge (intersección de Quesada y Recondo) y en Monte Chingolo, (en Beron de Astrada  y Rondeau) en forma de  festejos barriales. También, los creyentes y de manera masiva viajan  a uno de de los santuarios bonarenses más importantes que se encuentra en Alejandro Korn (Ruta  km 42).  Las fiestas barriales mantienen la impronta de la fe, color, rezos, agradecimientos y pedidos frente a alguna imagen simbólica de “el gauchito”. Además del acompañamiento de “San La Muerte”, personaje de origen guaraní, representado por un esqueleto de pie con una guadaña en la mano que centraliza el poder de todos los muertos.

Estela (54) vecina de Budge, pasó en la ciudad de Mercedes, Corrientes en Febrero para celebrar a su santo pero participa mensualmente en el festejo barrial, y relata que “la gente llega en multitud para cumplir sus promesas y allí es donde más se siente la fe.” Además aclara: “En nuestro barrio es muy importante la fiesta, por que el gauchito apareció acá un 20 de Noviembre y a partir de ahí, todos los 8 se le hace la fiesta”. En el barrio Budge, una vez al mes no hay clases en los tres colegios alrededor del santuario por que “tienen miedo a que los chicos se quemen con las parrillas”, señala la vecina.

La festividad del Gauchito Gil tiene la particularidad de no tener un acto central, sino demostraciones de fe durante todo el día, a partir de la llegada constante de fieles que recorren el lugar. La fiesta popular comienza por la mañana y concluye a altas horas de la noche, cuando “liberan” una figura simbólica de gaucho y su compañero San La Muerte  Además, un grupo reducido de personas, por lo general, sale en caminata por el barrio y se dirigen hacia los hospitales, para pedir por los enfermos.

Susana (32), docente y vecina de Budge testimonia la fiesta “Hace 14 años que apareció el Gauchito Gil en nuestro barrio y se reflejó la cara en un árbol. Por eso los vecino cerramos la calle, ponemos música, bailamos toda la noche y sacamos las mesas de nuestras casas para comer”.

El árbol donde colgaron al Gauchito está pintado de rojo. La pileta que lo rodea pronto se llena de cera del mismo color, derramada por las velas de los devotos. Cada media hora, un voluntario levanta con una pala los restos todavía calientes por el fuego y el sol.  Para llegar hasta el centro, hay que pasar por una kermés donde se venden imágenes del santo, velas, cintas, remeras, cds, banderas, estampitas, serpientes de maderas, certificados de fe o gorritos con la imagen del santo.

Como en todas las creencias alrededor de la fe se genera una vibración especial, casi chamánica que dibuja una sonrisa fervorosa en la gente de lugar. El chamamé, los ritmos, los cuerpos combinan en una misma sintonía. Y, así, dan ganas de seguir creyendo.

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