Periodismo en la era digital

OPINIÓN

El periodismo, como oficio se define como una tarea de recopilación, análisis y difusión de la información.  Pero a comienzos del siglo XXI, el  paradigma de la relación entre el sujeto y los medios de comunicación, sustentados en su mayoría por una minoría política o empresarial la cual representa una lógica monopólica de los grandes medios  tradicionales de comunicación, comenzó a cambiar. Esto es una realidad y también, una consecuencia lógica del auge de Internet.

 Al comienzo surgió el uso generalizado de blogs y bitácoras en la web donde los ciudadanos exponían su visión sobre diversos asuntos. Luego, bajo el cartel de las redes sociales, se produjo un proceso de retribución del contenido interactivo.  En la cual se rompe la jerarquización de la distribución de la noticia tradicional, es decir  la selección de diferentes criterios de importancia que tiene una noticia para los lectores y en función de esta, ordenarlas. Teniendo en cuenta, que en la mayoría de los casos los textos suelen estar sujetos a filtros o deformaciones intencionales e interesadas por el medio hegemónico donde serán publicadas.

 Esto deja de existir en el mundo digital donde el autor aporta su visión sin establecer un orden jerarquizado y sin presiones. Quien sintetiza un hecho y sube un artículo hasta el que lo difunde o él que solamente lo ve sin comentar, forman parte del mismo ecosistema digital, a un mismo nivel de importancia. Según la declaración de la Unesco sobre los medios que cambiaron, data de 1983, y demuestra el cambio en la información que en la actualidad   “es entendida como un bien social, no como un simple producto”. Ósea, cualquier ciudadano puede convertirse en informador. Y es que está tarea antes asimétrica y anónima,  reservada exclusivamente para  profesionales o ciertos medios que tenían la exclusividad de la información, comenzó a circular hacia fuera y autoorganizarse desde los propios ciudadanos, que participan de este proceso de creación y producción de contenidos interactivos, como usuarios activos. Esto se encuentra avalado por el Art 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que estipula que el individuo tiene derecho a la libertad de expresión y opinión, este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, y la difusión de estas,  sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

¿Qué más relevante que las personas manifestando sus intereses, ideas, lecturas en tiempo de red? Ósea, de manera inmediata  y actualizada una misma edición llega a miles de personas, en cualquier momento o lugar,  a través de Internet. Y no solo eso, sino que también le permite dar un panorama más integro del contexto sobre el cual escribimos a través de enlaces, sin malgastar espacio en la noticia que es donde quiero enfocar mi atención. Al mismo tiempo nos permite abrir el debate hacia nuevas temáticas que surgen desde la intimidad de un hogar.
Al igual que al periodista, tanto el que se desempeña en redacción o haga trabajo de corresponsal, ve su tarea   beneficiada por que al utilizar la red para informar, se ahorra inconvenientes técnicos y costos. Internet te ofrece la posibilidad de  como periodista tener un reconocimiento individual de tus trabajos, sin necesidad de un medio de comunicación como mediador.
Desde que la voz ciudadana adquirió un espacio público, miles han utilizado dicho espacio digital para trazar una nueva forma de protesta y acción a través de protestas puntuales que alcanzan un nivel de visibilidad crítico en la red por su velocidad explosiva y con consecuencias directas inimaginables por los cauces tradicionales de la opinión pública. No olvidemos que no hace mucho,  aunque el descontento público ya estaba instalado,  la convocatoria a través de redes sociales de jóvenes universitarios, fue el detonante para que miles de personas se reunieran en la Puerta del Sol, Madrid., descontentas por la situación española en particular.

Los nuevos medios digitales, a pesar de que se manifiesten a través  de la  lectoescritura( ya que sus textos circulan en forma de letras o imágenes) , recuperan la oralidad, ya que la percepción de retroalimentación de la información, es de conversación, de decir y escuchar , de compartir tiempo y espacios digitales. Ya que desde la misma naturaleza de la red que nos mantiene siempre conectados, siempre abiertos a la interacción, nos permite reaccionar desde cualquier lugar y en todo instante. Un claro ejemplo de este medio es la red social, Twitter, donde a través de su propio diseño tecnológico, con un breve comentario que al segundo se puede trasmitir mediante lenguaje coloquial, como nos sugieren, “lo que está pasando”, se convierta en la manifestación de la oralidad global, que hace que las voces particulares se interconecten entre sí.

Aunque en un medio donde el receptor recibe una avalancha de información veloz y sobresaturada  en todo caso también nos aleja de estar bien informados. Ya que dichas voces que se manifiestan a través de la red no siempre tienen la formación universitaria, que puede llegar a adquirir  un profesional  con la serie de conocimientos académicos dedicados a comunicar.  Por ende se pierde el rigor y la fidelidad de las fuentes que no siempre pueden ser corroboradas. Para reducir tanto ruido informativo que perjudica a los mismos ciudadanos, se deben desarrollar criterios, herramientas que permitan que no solo se apunte a la acumulación cuantitativa de la información sino también a la organización cualitativa de la misma. Ya que a mayor cantidad de información, mayor necesidad de filtrar y valorar la calidad del contenido y la fuente.
Tampoco está comprobado estadísticamente que llegué a todo el mundo, comparado con la población tota mundial, menos de la mitad tiene acceso a Internet.

En este momento, vivimos interconectados en una red de información que genera contenido constante. Este auge crece y llegó para quedarse, tal vez en un futuro no muy lejano hablemos solamente de periodismo digital. Teniendo en cuenta que, en la actualidad la mayoría de las pautas culturales las recibimos desde los medios de comunicación, es necesario que desde la educación en todos sus niveles, se desarrollen estrategias para que la utilización de los mismos se de en forma crítica.  En el cual el lector cuente con estrategias de selección informativa y filtro social a partir de su propia construcción de confianza, como el informador realice su tarea con conciencia en su participación, como sujeto activo en la sociedad. 

Por ende desde el Estado se debe fomentar tanto la cultura de participación ciudadana rompiendo con el concepto rígido de la información en mano de unos pocos, como también la formación de los valores que requiere la ciudadanía digital. También generar espacios digitales donde se pueda producir informaciones periodísticas profesionales, y se valore los contenidos por su calidad. Además se deben mejorar los medios para personalizar la información, y como periodista, no tener que adaptarme rigurosamente a los requisitos de un medio que desvirtúa sus ideologías independientes. 

Desde la universidad de Lomas de Zamora, donde yo curso esta carrera, se desarrollo hace un par de años un programa llamado Periodismo Escolar, el cual al principio sustentado por Telefónica, ahora forma parte del Centro Iberoamericano de Estudios de Comunicación de Información y Desarrollo. Este proyecto en el que participan docentes y estudiantes de nuestra facultad, tiene como objetivo que se utilicen las redes escolares para que, por medio de un software dedicado a la publicación de un periódico escolar donde todos los estudiantes se conviertan en informadores. Acompañado por una propuesta de capacitación docente, que los concientice de la importancia de dicha herramienta para la apropiación concreta desde la escuela.

De esta manera tenemos que aprender a insertarnos y ser digitales, con la importancia que esto implica en la actualidad, aprovechando esta participación popular generada por un medio masivo y utilizarla de manera responsable.

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