Equinoterapia en Adrogué, un tratamiento que ayuda a la estimulación


Se trata de un método terapéutico que utiliza el caballo buscando la rehabilitación, integración y desarrollo físico, psíquico, emocional y social de la persona. En el centro tradicionalista “Los Candiles” de Adrogué realizan este tipo de terapia y son muy variados los cuadros de las personas que realizan este tipo de tratamiento. Los profesionales destacan los avances que este tipo de tratamientos generan.




En el centro tradicionalista “Los Candiles” de Adrogué se brinda terapia con caballos, más conocida como equinoterapia. Se trata de tratamientos integrales que recurren a actividades con caballos con el propósito de contribuir al desarrollo cognitivo, físico, emocional, social y ocupacional de las personas que necesitan tratamiento, ya sea por cuadros o por alguna discapacidad.



El centro tradicionalista está ubicado en Bouchar 2112, en Adrogué, brinda de forma gratuita su espacio y los caballos para los profesionales que realizan allí su actividad. Si bien estos tratamientos no son gratuitos, son más accesibles que en otro espacios.


El caballo es una herramienta de trabajo capaz de integrar con el fin último de que el sujeto tratado alcance una mejor calidad de vida. 


Lucila, con su pelo largo y vestida con botas de montar sube a Bono con la médica Marcela como acompañante. Lucila, que tiene meningocele y la poca fuerza en las piernas la lleva a caminar con la ayuda de un bastón, arriba del caballo realiza movimientos seguros y sonríe entusiasmada. 




Lucila, desde el 2007, asiste en Adrogué a las clases de equinoterapia en el Centro tradicionalista Los Candiles. Comenzó con temor pero hoy se convirtió en un modelo a seguir para otros pacientes más jóvenes del lugar.


Desde que comenzó este proyecto, el equipo de profesionales compartió momentos de alegría y mejorías visibles en la calidad de vida de los chicos, jóvenes y adultos con discapacidad o problemas de sociabilización que asisten a las clases. Las patologías que trabajan son variadas, entre ellas parálisis cerebrales, lesiones del sistema nervioso o enfermedades degenerativas, entre otras.

“A partir de este vínculo que se establece con el caballo se puede trabajar en un espacio recreativo que se presta a que no sea terapéutico”, señaló Marcela Donoso, médica clínica neumonóloga especializada en Deporte y una de las mentoras del proyecto, el cual inició con natación para asistir a pacientes con diferentes patologías.

“Hay situaciones diferentes con las que se enfrenta el paciente cuando viene acá; por un lado, está el estímulo recibido por el caballo, y todos aquellos estímulos externos que vamos teniendo y procesando para lograr una respuesta a nivel motriz nueva o reforzando la que ya hemos adquirido”, explicó Donoso. “Los chicos experimentan un aprendizaje en caminar, en experimentar la altura y la velocidad”, completó.

Santiago juega al voley arriba de su caballo y así va reconociendo mejor su cuerpo, con la compañía del equipo interdisciplinario trabaja bajo la premisa de crear un marco terapéutico adaptado. Está integrado por Cintia, profesora de Educación física; María, instructora de equitación; Sabrina Padellaro, psicóloga; Sandra, terapeuta ocupacional y Juan Jose, quien se encarga de guiar caballos. 

Los integrantes del equipo se formaron en Instituto Fleni para lograr un espacio terapéutico, para poder realizar trabajo por anticipación y poder integrar el trabajo. 

“Se ha demostrado y se han presentados casos con evidencia científicas de la evolución que tienen los pacientes y realmente uno lo va viendo no solamente en lo psicológico sino que también en lo físico por eso es importante hacer el trabajo integral”, explicó Marcela. El equipo destaca la importancia de trabajar desde la resiliencia para desarrollar todo aquel potencial que tienen los seres humanos.

Según dijo la profesional, la idea es que los pacientes “empiecen a sentir su propio cuerpo, a conocer nuevos movimientos y sensaciones que los van a llevar a tener mayor autonomía y a una mejor calidad de vida”. “Nosotros complementamos otras terapias ortodoxas como son la kinesiología o la estimulación temprana, hacemos que se genere una impronta en el sistema nervioso central diferente y que después lo podamos integrar en las actividades de la vida diaria”, señaló precisó. 

Mientras Lucila le da de comer una zanahoria a Bono como recompensa, Santiago monta a caballo y los acompañantes buscan estimular el uso del lenguaje a través de cantos infantiles y música. “Ver el avance que uno ve que es poco pero en realidad poder lograr un movimiento disociativo, como es agarrar una rienda, parece poco pero es importante”, concluyó la médica.

Además, el equipo realiza equitación adaptada, que consiste en la mejora y prevención en la salud primaria y secundaria para disminuir los síntomas como pueden ser la obesidad. “Son los pacientes más grandes que trabajan sobre buenos hábitos alimenticios, con la familia y sobre lo físico que buscan la posibilidad de esta actividad física vaya siendo de una manera programada y supervisada por profesionales”, agregó Marcela. 

El vínculo que se crea entre el caballo y los chicos es muy importante y les sirve luego para transferirlo a las relaciones interpersonales en la vida diaria. Por ello, el equipo trabaja con animales y les proporcionan estímulos diferentes. “Darle importancia a la individualidad del paciente y saber cuáles son sus déficits corporales nos hizo aprender cómo lograr la comunicación con los pacientes y así, generar un vínculo”, remarcó Marcela.


Enlace

Video de la entrevista a Marcela Donoso

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