Talleres con un objetivo claro : la "desmanicomialización"

El hospital José Esteves de Temperley cuenta con talleres artísticos para las pacientes que son vehiculizadores de los aspectos emocional, personal y lazos sociales. Info Región recorrió el centro y dialogó con la coordinadora del programa “Crear”, Lilia Vera. ¿De qué se tratan los talleres? ¿Cómo repercuten en las pacientes?


La expresión como vehículo. Ese el eje de los talleres artísticos que dicta el hospital José Esteves de Temperley. Las pacientes eligen el taller al cual asistirán y a partir del cual trabajarán en los lazos y los aspectos personal y emocional. Esto les permite alejarse de la alienación que genera el encierro. 

Los talleres se desarrollan por la mañana y la tarde. Los jueves se concreta la asamblea, que es una puesta en común en la que las mujeres deciden lo que quieren hacer. 


El reloj está próximo a marcar las 14, unas cuantas mujeres comienzan a agruparse en diferentes salones, que se asemejan a las aulas de las escuelas. Otras, más ansiosas, andan circulando por los alrededores, pidiendo cigarillos o monedas, comparten el espacio con los demás, pero en un limbo propio.


Entre todos ellas están los coordinadores del grupo: talleristas, docentes, técnicos, terapistas ocupacionales, acompañantes terapéuticos, psicólogos, voluntarios y de otras especialidades relacionadas con la salud mental, que esla “gente que sostiene el proyecto”. Y también son ellos quienes actúan como “vehiculizadores” de los deseos para que ese espacio sea un lugar de expresión personal y de vinculación con los otros.


“Estos son lugares donde ellas pueden salir del espacio de internación, donde la televisión y la radio están en volúmenes altos, este es el espacio de ellas”, explica, Elena Prystajko, una de las coordinadoras y encargada del taller de Reciclado de Papel desde hace 10 de los 16 años que tiene de existencia. 


“La ayuda auténtica es aquella en cuya práctica se ayudan todos entre sí, con el esfuerzo común de conocer la realidad que se está esforzando en transformar”, esta frase de Pablo Freire es el cartel de bienvenida a uno de los salones donde se realiza el taller de reciclado. “Este un microemprendimiento que tiene como objetivo recuperar capacidades”, detalla Elena.


Desde este programa, las mujeres se alfabetizan, tejen, pintan, dibujan, leen, reciclan, se expresan mediante el cuerpo o la actuación, cuando no lo hacen mediante títeres, artesanías o manualidades. Y eso las pone en el lugar de protagonistas, un rol que se diferencia del que están acostumbradas a cumplir puertas adentro. 


Desde el área de rehabilitación que tiene Crear, mediante la Coordinación, la Rehabilitación, la Educación, y las Actividades Recreativas se desarrollan talleres de pintura, a cargo de Rubén Soriente; Teatro, a cargo de Oscar Ponzio; Manualidades, a cargo de Ana María Medina; Huerta, con Walter Canosa; y se suman al resto de los talleres de Lectura Diario, Construcción de máscaras y títeres, venta de flores, costurero, asamblea e inglés.


Marina, jujeña e internada hace tiempo relata cómo fue la fiesta de la Pachamama en el hospital. En un aula silenciosa, cuatro mujeres buscan darle forma a un sachet de leche con diferentes elementos mientras en el primer piso, un grupo femenino canta “Volver a Empezar” a coro. Respiran, sienten, se expresan. “La idea es mejorar la calidad de vida y trabajar en post de la externación para que vuelvan a vincularse con todo lo exterior”, precisó Lilia Vera, la coordinadora del programa “Crear”.


“Los talleres son un medio para trabajar otras cuestiones, el aspecto personal, el aspecto emocional y los lazos sociales porque es un lugar diferente a todo el resto del manicomio y quienes al principio venían a dar un taller eran docentes de sus alumnos”, cuenta la coordinadora, antes de terminar darle forma a la idea: “Ya las corrés del lugar de pacientes, se conectan con el afuera y empiezan a surgir necesidades como vestirse mejor”, celebró.


El fundamento de Lilia parte de la estigmatización y exclusión impuesta por la sociedad donde el paciente es cosificado: deja de ser una persona para ser un objeto, una historia clínica, un número. Por eso, estos talleres se constituye como una alternativa al modelo manicomial y reconoce a las mujeres como individuos particulares, revalorizando la subjetividad de cada uno, con el fin de hacer resurgir su identidad.


Por eso, Lilia sostuvo: “Nosotros trabajamos con la parte sana, con el potencial del sujeto que quiere aprender y es bueno que la mirada vaya fuera de la mirada terapéutica de un médico para sacarle el rótulo de su enfermedad”, y afirmó, “No son pacientes son sujetos con vida anterior a la internación y que tienen proyectos para salir de acá”.


Por otro lado, en el hospital que sirvió de modelo para la serie televisiva “Locas de amor”, realizan algunos trabajos manuales, como tarjetería o panadería, que muchas veces son vendidos para el exterior. “La idea es hacer algo productivo para que el día de mañana puedan trabajar de esto porque tienen que ser capaces de darse cuenta que pueden hacer más de lo que ellas suponen hacer”, explicó la coordinadora del programa.


“Cuando ingresa el paciente se despoja de todo lo único que trae que es su identidad, su ropa, su historia y se masifican dentro de las salas por eso le queremos devolver la dignidad personal”, concluyó Lilia. “Desmanicomializar”, un concepto que se convierte en estandarte de arte y en objetivo de una práctica artística, No se trata de talleres terapéuticos, de control o de reinserción, sino de una lucha artística para atravesar los muros. 


Malena Pallás

* Nota correspondiente a la publicación del día 02 de Septiembre de 2013

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